Redescubre una Pascua saludable y con historia sin renunciar al sabor
Cuando hablamos de la mona de Pascua, pensamos en figuras de chocolate, esculturas comestibles y dulces muy elaborados y repletos de azúcar. Pero la receta original de la mona de Pascua era muy diferente: no llevaba chocolate y era mucho más sencilla y ligera.
El origen de la palabra “mona” viene del árabe munna, que significa “provisión” o regalo. Esta tradición, que tiene siglos de historia, consistía en un bollo casero hecho con harina, aceite, azúcar, huevos y decorado con un huevo duro y se ofrecía como regalo de los padrinos a los ahijados el lunes de Pascua.
¿Cuándo empezó a llevar chocolate?
El chocolate no formaba parte de la receta original. Fue a partir de mediados del siglo XX cuando, por influencia de la repostería moderna y el consumo creciente de cacao, se empezaron a elaborar monas de Pascua con figuras y coberturas de chocolate. Aunque estas versiones modernas son más llamativas, también son más calóricas y menos saludables. Volver a la receta de la mona tradicional es una forma de reconectar con nuestras raíces y, al mismo tiempo, cuidar de nuestra salud, pudiendo sustituir el azúcar por muchas otras alternativas saludables que tenemos a nuestro alcance. Es una oportunidad para reinterpretar nuestras costumbres desde un enfoque más consciente y equilibrado.
Preparar esta receta en casa es una oportunidad para disfrutar en familia, cocinar con los más pequeños y enseñar el valor de las tradiciones sin recurrir a los ultraprocesados.
Receta de mona de Pascua tradicional (sin chocolate)
Ingredientes:
- 300 g de harina integral de espelta
- 100 ml de aceite de oliva virgen extra
- 80 g de pasta de dátil
- 2 huevos (uno para la masa y otro para pintar)
- 1 huevo duro para decorar
- 15 g de levadura fresca
- Ralladura de limón o naranja
- Canela (opcional)
Preparación:
- Disuelve la levadura en un poco de agua tibia.
- Mezcla todos los ingredientes hasta obtener una masa suave y homogénea.
- Deja fermentar la masa tapada en un lugar cálido hasta que doble su tamaño.
- Da forma al bollo, coloca el huevo duro en el centro y deja reposar unos 30 minutos.
- Pinta con el huevo batido y hornea a 180 °C durante 20–25 minutos, hasta que esté dorada.
Este bollo esponjoso, aromático y nutritivo es ideal para compartir en familia sin renunciar al sabor ni al equilibrio nutricional. Además, puedes personalizar tu mona de Pascua añadiendo frutos secos, decorando con frutas deshidratadas o fruta fresca y no te olvides de añadirle color, con las plumas y pollitos que tanto gustan a los pequeños.
Elige ingredientes naturales de calidad
La harina integral, por ejemplo, es una excelente fuente de fibra, lo que ayuda a la digestión y proporciona una sensación de saciedad que puede prevenir el exceso de consumo. El aceite de oliva virgen extra, rico en grasas saludables y antioxidantes, es conocido por sus propiedades antiinflamatorias y beneficios cardiovasculares. La pasta de dátil es rica en fibra, vitaminas (especialmente A y K) y minerales como el potasio y el magnesio, lo que los convierte en un excelente energizante natural. Además, su bajo índice glucémico los hace ideales para mantener niveles de azúcar estables.
Otro aspecto importante es que, al prescindir del chocolate industrial, evitamos el exceso de azúcares añadidos. Si queremos disfrutar de un toque de chocolate, podemos optar por chocolate negro con alto contenido en cacao (más de un 85%), que tiene menos azúcar y aporta antioxidantes.