Seguramente has oído hablar de la dieta baja en fodmap, o conoces a alguien que te ha hablado de ella. En el siglo en el que vivimos, la salud está ganando interés y cada vez más, tendemos a cuidar de nuestro organismo. Esto es un gran acontecimiento en el campo de la nutrición, ya que los hábitos alimentarios intervienen en la búsqueda del bienestar. Las estrategias nutricionales se contemplan cada día más a la hora de abordar trastornos y prevenir o mejorar enfermedades y sintomatologías, altamente prevalentes, que condicionan nuestra calidad de vida. Sin embargo, el exceso de información, la gran cantidad de tipos de dietas o estilos de vida recomendados, sobre todo en redes sociales o páginas de internet, nos puede llegar a confundir y es importante ser consciente de que no hay unas pautas generales para mejorar la salud, sino que cada uno de nosotros tiene que encontrar el camino a seguir más ajustado a su organismo.
Probablemente muchos/as habréis oído hablar de una dieta o estrategia nutricional llamada dieta baja en fodmap. Esta dieta, relativamente nueva y con base científica, se elaboró hace más de 10 años, en la universidad de Monash, en Australia. Los autores de esta dieta relacionaron un tipo de componentes presentes en diferentes grupos de alimentos, con los síntomas más típicos del Síndrome del Intestino Irritable, de la enfermedad de Crohn o de la Colitis Ulcerosa.
Enfermedad Inflamatoria Intestinal
Las enfermedades inflamatorias intestinales (EII), son patologías crónicas que afectan al aparato digestivo. Su desarrollo depende de muchos factores, por eso su abordaje ideal requiere la intervención de diferentes profesionales de la salud. Aunque actualmente no existe cura, gracias a la investigación se han podido conocer factores desencadenantes e implicados en su desarrollo.
Su distribución geográfica es mundial, afectando a 100.000 personas en España y cerca de 30.000 afectados en Cataluña. Estas enfermedades se manifiestan en forma de brotes, donde hay periodos de inflamación y periodos de remisión. Por esto, la dieta es un parámetro muy importante en este tipo de enfermedades donde la ingesta de ciertos nutrientes puede promover un aumento o un control de los síntomas.
Causas de las enfermedades inflamatorias intestinales:
Aunque las causas de estas enfermedades son desconocidas, se sabe que no existe un único agente causal, sino más bien un conjunto de factores que conducen a una inflamación intestinal descontrolada como:
- Defectos inmunes
- Desequilibrios en la microbiota intestinal
- Factores genéticos
- Factores ambientales
Dieta y calidad de vida
Los profesionales, tenemos el objetivo de hallar unas recomendaciones para mejorar la calidad de vida de los pacientes con trastornos intestinales. El control de estos síntomas intestinales es muy importante, ya que afectan tanto a nivel físico como emocional. Aunque no existe una dieta específica, en la última década, se ha reportado un estilo de dieta baja en carbohidratos de cadena corta, conocida como Dieta Baja en Fodmap. Los estudios demuestran que tiene beneficios y mejora la sintomatología intestinal en pacientes con síndrome del intestino irritable e incluso en pacientes con colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn en fase de remisión.
Dieta «Low FODMAP»
Las siglas de FODMAP, se refieren a en inglés a “fermentable, oligosaccharides, disaccharides, monosaccharides and polyols”. Estos, son componentes que están presentes en una gran cantidad de alimentos como frutas, verduras, panes, cereales, nueces, legumbres, productos lácteos y alimentos procesados. El pequeño tamaño de estas moléculas genera un aumento de agua al intestino delgado y un aumento de gas en el colon, debido a la fermentación producida por las bacterias.
Un aumento de gas y agua en el colon genera síntomas propios del síndrome del intestino irritable como; Dolor abdominal, gases, hinchazón, distensión, estreñimiento y diarrea, en personas susceptibles o con patologías inflamatorias intestinales.
¿En que se basa la dieta baja en fodmap?
La dieta baja en fodmap es una estrategia dietética donde hay una restricción temporal de aquellos alimentos con alto contenido de estos azúcares fermentables. Una dieta es considerada baja en fodmap cuando aporta menor cantidad que 0,5 g por comida o menos de 3 g/día de fodmap. Las recomendaciones para llevarla a cabo son en un inicio generales y posteriormente personalizadas según tolerancia en la fase de reintroducción.
Las 3 fases de la dieta baja en fodmap:
- Fase 1: Fase de eliminación de alimentos altos en fodmap y dieta nutricionalmente equilibrada basada en alimentos bajos en fodmap. Esta fase tiene una duración de entre 6 y 8 semanas.
- Fase 2: Esta fase consta de una reintroducción progresiva de alimentos con contenido medio o alto de fodmap. Normalmente se aconseja controlar la introducción de alimentos, con registros para saber los alimentos que se toleran y los que no.
- Fase 3: En esta fase el paciente tiene un mayor control de la sintomatología. La reintroducción ya se ha llevado a cabo y los fodmap no tolerados han sido identificados. El propio paciente podrá mantener por sí solo una dieta de acuerdo con su propia tolerancia.
¿Que alimentos son altos en fodmap?
- Frutas: manzana, pera, nectarina, melocotón, albaricoque, cereza, mora, sandía, mango, granada, ciruela, arándanos, higos, aguacate.
- Verduras y hortalizas: coles, ajo, cebolla, puerro, espárragos, alcachofa, setas, calabaza, tomate seco.
- Leches y derivados: los que contienen lactosa o azúcares o edulcorantes ricos en FODMAP.
- Cereales: trigo, cebada, centeno, amaranto, kamut, lúpulo, malta, bulgur, maíz (mazorca).
- Legumbres y proteínas vegetales: tofu sedoso, lentejas, garbanzos, judías, habas, soja.
- Bebidas vegetales: bebida de soja (habas de soja) y cualquiera que contenga azucares o edulcorantes ricos en FODMAP.
- Tubérculos: boniato, yuca.
- Frutos secos y semillas: almendra, anacardo, avellana, pistachos, cremas de frutos secos y de semillas altas en FODMAP.
- Azúcares y edulcorantes: Manitol (E421), Sorbitol (E420), Xilitol (E967), Isomaltosa (E953), miel, melaza, jarabe de azabara, jarabe de maíz, fructosa, polioles, polialcoholes.
Para la buena aplicación de la estrategia nutricional, es importante que esté prescrita por un/a nutricionista. Nos ayudará recopilando datos sobre la alimentación del paciente, con diarios dietéticos, registros alimentarios y cuestionarios para cuantificar la sintomatología. Además, es importante tener pautas sobre los alimentos que deben ser excluidos y por lo contrario, alternativas alimentarias como menús y recetas, para mantenerse motivado.
En consulta, consideramos muy importante el estilo de vida y la alimentación a la hora de abordar enfermedades intestinales, por eso nos gusta contemplar diferentes estrategias, ya que son trastornos intestinales muy prevalentes y que pueden incluso llegar a comprometer la salud emocional y la relaciones sociales de las personas que las padecen.