Después de los días festivos, ¿tu cuerpo te pide a gritos un respiro a nivel digestivo? ¿Quieres saber cómo hacer jugos verdes y qué propiedades tienen? Hoy te descubro los beneficios que pueden aportar este tipo de zumos a nuestro organismo y te daré algunos trucos para obtener un jugo delicioso y 100% saludable.
Después de estos días de comilonas seguro que nuestro cuerpo nos pide a gritos un respiro a nivel digestivo. Y es que le hemos dado mucho trabajo para digerir la cantidad de comida que hemos ingerido y ahora necesita unas vacaciones. Todos sabemos que las frutas y verduras son elementos esenciales en nuestra alimentación diaria. Tienen una influencia positiva en nuestra salud por su riqueza en vitaminas, minerales y antioxidantes. Introducirlos en la dieta habitual, es imprescindible para beneficiarse de sus cualidades nutricionales. Con sólo aumentar la cantidad de ingesta diaria de frutas y hortalizas notaremos una mejoría significativa en nuestra salud.
Beneficios de los zumos verdes
Los zumos verdes son purificantes gracias a su contenido en clorofila que regenera, protege y nos ayuda a limpiar todos los órganos. Son muy diuréticos y mejoran el funcionamiento del hígado y del sistema inmunológico. Nos aportan una buena fuente de poderosos fitonutrientes, sustancias naturales que se encuentran en los pigmentos de las plantas y tienen un gran poder antioxidante y propiedades anticancerígenas.
Un jugo verde es una bebida ideal para tomar con el estómago vacío ya que transporta los nutrientes directamente a la sangre y la oxigena rápidamente sin tener que gastar energía. Así podemos decir que tomarse un zumo por la mañana es una forma ideal de empezar el día con energía. El jugo no se considera un desayuno, pero si una buena fuente de hidratación y una excelente dosis de nutrientes. Son fáciles de digerir y asimilar, ya que son predigeridos, gracias a que el extractor ha separado la pulpa de la substancia líquida. Nuestro cuerpo no tiene que hacer el esfuerzo para digerirlos, no consume energía y puede dedicarse a realizar otras funciones de desintoxicación, oxigenación y reparación.
La importancia de la agricultura orgánica
La agricultura orgánica se produce sin utilizar productos químicos o semillas genéticamente modificadas o transgénicas. Es decir, no se le echa abono ni fertilizantes químicos, y tampoco hace uso de conservantes, colorantes ni otros aditivos. El propósito es ser ambientalmente sostenible y respetar la salud y el bienestar de los consumidores. Pero el cultivo ecológico no es nada nuevo, es cómo se han sembrado las verduras casi toda la vida. Seguramente si vamos a cualquier pueblo agrícola y le explicamos a la gente mayor que es la agricultura eco, se reirán de nosotros, porque para ellos no es ninguna novedad, siempre lo han hecho así. Lo que está claro es que el uso de abono y de fertilizantes químicos en productos que consumiremos, que introducimos en nuestro cuerpo, es un atentado contra la salud. Es cuestión de lógica. Seguro no nos beberíamos un «chupito» de fertilizante químico, pero curiosamente no tenemos problema en comer un tomate que ha sido rociado con el mismo fertilizante. Aunque limpiemos bien las frutas y verduras antes de comerlas, siempre quedan restos de estos productos químicos y estos entran en nuestro organismo. Lo peor es que a diario, consumimos alimentos rociados con pesticidas y ni siquiera somos conscientes. Lo que sí que notamos es que las frutas y verduras no tienen el mismo sabor que antes, que un tomate de supermercado tiene más sabor de plástico que de tomate o que las manzanas tienen un sospechoso brillo que deja muy lejos el aspecto natural de una fruta recién recogida del árbol.
Por este motivo, es muy importante que consumamos productos orgánicos, frutas, verduras y cereales y sus derivados. Realmente es una necesidad. Otro tema que está muy debatido es la diferencia de precio entre los productos ecológicos y los de comercio convencional. Comprar eco es un estilo de vida y una opción personal donde priorizamos salud y bienestar. Cuando la salud está en juego, es mejor consumir productos de buena calidad, a tener que poner remedio a largo plazo.
Diferencia entre batidos y licuados
Un batido es el resultado de batir las frutas y las verduras en una batidora. En este proceso se aprovecha todo, tanto la fibra cómo el zumo. Obtendremos una bebida densa y saciante ya que aparte de estar cargada de vitaminas y minerales mantiene todo el contenido de fibra propio de las frutas y verduras. La fibra tiene un efecto escoba que nos ayuda a eliminar las substancias del organismo. Nos la podemos imaginar como si fuera un papel adhesivo donde se van pegando parte de les substancias tóxicas que se va encontrando por el intestino y de esta forma nos ayuda a expulsarlas al exterior a través de las heces. El problema es que los minerales se adhieren de la misma forma y por lo tanto también son eliminados. La fibra es necesaria para repoblar la flora pero es recomendable ingerirla a partir de media mañana. A primera hora es mejor optar por un zumo sin pulpa (licuado) ya que este no interferirá en la absorción de micronutrientes.
Dentro del grupo de los licuados, podemos distinguir entre los licuados convencionales y los Cold press (prensados en frío). Los primeros se obtienen de licuadoras; y los segundos de extractores de jugo. La mejor opción es utilizar un extractor de jugo lento, de esta forma conservamos los micronutrientes vivos y activos. Para obtener un licuado debemos introducir las frutas y hortalizas en el extractor y por un lado obtendremos el jugo y por el otro saldrá la fibra. Además, puesto que el residuo sale bien seco, podemos «reciclarlo» para hacer otras recetas como (barras energéticas, hamburguesas, galletas, pasteles, cremas, salsas,… ¡Imaginación al poder!
Ventajas de la presión en frío:
– Con menor cantidad de producto obtenemos más zumo: nos permite extraer más substancia líquida de los alimentos y la pulpa sale más seca.
– Podemos utilizar cualquier fruta y/o verdura
– Obtenemos un batido uniforme: después de servir un licuado convencional podemos observar cómo se separa en dos fases; la fibra queda en la parte superior y la parte acuosa se deposita en la parte inferior. Este efecto no lo observaremos nunca en un licuado de presión en frío, porque este comprime los alimentos y no los centrifuga. Así, con el extractor obtendremos jugos «homogéneos» y con un aspecto más atractivo.
– Deja menos residuos y es más seco: una licuadora centrifuga a 1.500 rpm, gran parte del jugo se retiene en la fibra, y cómo consecuencia sale más residuo y es más húmedo. Un extractor que trabaja a baja velocidad (40 rpm) siempre producirá menos residuo y este será más seco porque la extracción se hace gradualmente y por presión. Lo va masticando todo sin alterar los componentes de los alimentos.
– No centrifuga los alimentos, los presiona lentamente: con el sistema convencional que funciona a alta velocidad, es inevitable que los alimentos no se calienten, y pierdan parte de las enzimas, vitaminas y fitonutrientes (sólo conservan un 17%). Si la idea de consumir un jugo es extraer y concentrar estas sustancias beneficiosas, entonces no cabe duda de que los extractores son la mejor opción (pueden mantener un 68%). Con un extractor que presiona suavemente y a baja velocidad la fruta y verdura, evitamos que entre oxígeno en el zumo y que se oxiden las vitaminas, especialmente la vitamina C que es la más lábil.
– Los nutrientes se conservan mejor: como no calienta los alimentos, se conservarán la mayoría de las vitaminas, minerales y enzimas. Los nutrientes, no han sido dañados y tendrán una vida más larga, pudiendo guardar el zumo en la nevera hasta 48-72 horas.
¿Qué beneficios nos aportan estos jugos para la salud?
Incluir los zumos en nuestra alimentación diaria, es una forma muy fácil y práctica de tomar parte de las vitaminas y minerales que nuestro cuerpo necesita diariamente. Con esto no quiero decir que se tengan que substituir por ensaladas ni por el consumo de frutas y verduras enteras, sino que la idea es añadirlos para obtener un aporte extra de nutrientes. En la consulta diseñamos un menú personalizado para cada individuo y trabajamos la introducción de jugos verdes de forma paulatina.
Estos son los beneficios que nos aportan para nuestra salud:
– Vitaminas, minerales y enzimas son la clave para un buen estado de salud, tienen una efecto antioxidante en nuestro cuerpo, es decir son responsables de luchar contra el efecto de los radicales libres, causantes del envejecimiento de nuestras células.
– Por otro lado crean un efecto depurativo en nuestro cuerpo, no sólo porque su alto contenido en micronutrientes ayuda a activar el mecanismo natural de purificación del cuerpo, sino porque el contenido en clorofila ayuda a limpiar la sangre.
– Contribuyen a regular el tránsito intestinal: hay 2 tipos de fibra, la insoluble y la soluble. Cuando hacemos un jugo, parte de la fibra insoluble la descartamos, ya que separamos la pulpa. Pero queda la fibra soluble que actúa de lubricante, hidratando las paredes intestinales y esto hace que podamos ir al baño de forma regular.
– Tienen un efecto alcalinizante: la escala del pH ácido-alcalino oscila entre 0 (el más ácido) y 14 (el más alcalino), mientras que 7, se considera que pH neutro. El pH de la sangre debe ser siempre ligeramente alcalino entre 7.3 y 7.4 para mantenernos sanos, si este valor cambiase, enfermaríamos. Todos los alimentos están clasificados en esta escala según el residuo que deja en nuestro torrente sanguíneo una vez degradados. Las frutas y verduras son alimentos alcalinos, nos ayudan a mantener el pH del cuerpo dentro de los niveles óptimos para disfrutar de buena salud.
– Y por último, y lo que más identifica la gente cuándo empieza a tomar este tipo de jugos es el aumento de los niveles de energía. Partimos del hecho de que no requieren digestión por lo tanto, ahorra energía a nuestro cuerpo, y esta energía puede ser utilizada para otras actividades. A parte, cómo no tienen fibra, los azucares simples, vitaminas y minerales pasan directamente a la sangre, oxigenando el cuerpo y dándonos una inyección de vitalidad instantánea. Mi recomendación es tomar un jugo por la mañana cómo sustituto del café. Nos va a activar de la misma forma y al mismo tiempo mantendremos los niveles de energía mucho más estables durante todo el día.
¿Qué necesitamos para hacer un buen zumo verde?
Para disfrutar de un zumo verde que nos aporte una buena dosis de energía necesitamos:
- Una base de verdura: apio, espinacas, brócoli, acelgas, zanahoria, perejil, col kale, rúcula, escarola, remolacha, pepino, calabacín, hinojo, menta…
- Una fruta fresca ecológica y de temporada: plátano, manzana, pera, naranja, limón, fresas, granada, kiwi, piña, mango, arándanos, melocotón…
- Podemos optar por añadirle fruta seca: bayas de goji, dátiles, orejones, almendras, nueces, avellanas,…
- O algún superalimento: espirulina, maca, cacao puro, cúrcuma, jengibre, germinados, lino, sésamo, chía,…
- Líquido para diluir en el caso de los batidos: agua purificada, agua de coco, bebida de arroz, leche de coco o cualquier otra bebida vegetal.
Antes de tomar el jugo hay que recordar que en la boca empieza la digestión. Aunque sea una bebida líquida, es necesario ensalivarlo bien, mantenerlo un rato en la boca antes de tragarlo. La saliva contiene importantes enzimas que son esenciales y que nos ayudan en el proceso de digestión.
Es importante acostumbrarnos a incluir verduras en los jugos. Al principio cuesta un poco, pero cuándo acostumbremos a nuestro paladar, se convertirán en nuestro mejor aliado. Recuerda que un jugo de fruta en media hora va en la sangre y esto nos hace subir el índice glucémico, lo que significa que los niveles de azúcar en sangre aumentan de golpe. En cambio, si añadimos verduras a los jugos evitaremos los picos de glucémia y de esta forma los niveles de azúcar en sangre serán más estables.
Te animo a que los pruebes, que experimentes con diferentes frutas y verduras, hasta encontrar tu combinación ideal. Ya verás cómo notarás un aumento de energía que te mantendrá activo ¡para el resto del día!